sábado, 4 de marzo de 2017

Mientras haya conductores siruelas no habra rumbo educativo.

Está comprobado que el liderazgo transformacional es el estilo más efectivo para lograr compromiso y retención del mejor talento.La educación no es una caridad sino una obligación para el Estado, un derecho y un deber a la vez para los ciudadanos, sostenía Sarmiento. 

"El maestro Siruela", escrito con "s", se ha transmitido en el refranero popular desde comienzos del siglo XX. ¿Quién no escuchó alguna vez a sus padres o abuelos usar la expresión para referirse a alguien que pondera sobre un asunto con absoluta ignorancia?
Como explicó la periodista Lucila Castro, en su "Diálogo semanal con los lectores", hace tres años en LA NACION, la expresión citada, "nada tienen que ver las ciruelas". En la Argentina suele escribirse así porque somos "seseantes y la única ciruela que conocemos es el fruto del ciruelo". Pero la "Siruela" atinente al maestro del refrán se escribe con "s".
La aclaración viene a cuento por la observación formulada ayer por varios lectores de la tira de Gaturro, de Nik, que hicieron llegar a la Redacción, pensando que se trataba de una desafortunada falta de ortografía. Al burlarse, el gato de Nik dice "maestrita Siruela" y fue correctamente escrita.
Siruela es un pueblo de la provincia extremeña de Badajoz y el maestro Siruela es un personaje proverbial, surgido del ingenio popular. El refrán que recoge el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, en diálogo con LA NACION, es "como el maestro de Siruela que no sabía leer y puso escuela".
Barcia señaló ayer que hay otros refranes parecidos como "el maestro de Algodor que no sabía leer y daba lección" y "el maestro de Campillo que no sabía leer y tomaba niños". Explicó que "ya el maestro José María Sbarbi, en su gran diccionario de refranes, aclaraba en la década del 40 que la gente suele confundir el pueblo de Siruela con la ciruela". Se desconoce si el dicho corresponde a un hecho real o fue inventado y quedó para siempre como una crítica burlona sobre la persona ignorante que habla u opina sobre una cosa que desconoce.
No existe documentación para dar fe de la existencia de un maestro de tales características en el pueblo de Siruela, por lo que es posible que el dicho, del mismo modo que en el caso de Algodor y de Campillo, esté construido para hacer rimar el nombre del pueblo con lo que se pretende decir. Ya lo dijo Lucila Castro en su intervención, que en el dicho no hay "ninguna referencia histórica ni intención de burlarse de los maestros del pueblo de Siruela. Ocurre que el nombre del pueblo rima con escuela".
Existe en España un conde de Siruela. Es Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, de la casa de Alba, más conocido como Jacobo Siruela, quien fundó la Editorial Siruela, famosa por la calidad de sus ediciones y el prestigio de los autores que publica.
Aclarado el desconcierto de algunos lectores, Gaturro no es ningún burro, para decirlo con rima y buen humor.


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